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La "Felicidad": Estado de locura repetitivo

... como pasa el tiempo tan rápido, y uno aquí cuestionándose cada paso que da producto de las ya nombradas palpitaciones...
Más bien me doy un buen suspiro (entiéndase profundo) y casi me auto convenzo de que la vida en sí es bastante entretenida e interesante. Los tiempos que uno concibe no son los “formalmente aceptados” por las multitudes, y mirándolo por ese lado me resulta evidentemente más sana y feliz la rutina de la vida.
Finalmente es uno mismo el gran responsable de la felicidad, no creo que el ser humano esté constantemente en búsqueda de ella... (de nuevo nos olvidamos que somos seres naturales antes que seres sociales; tenemos muchas características que nos recuerdan de vez en cuando nuestro origen animal)...
Había cierto personajillo que muchos hemos leído en época colegial noventera: Eric Fromm. Aquel hombre afirmaba en sus casi romanticonas palabras, que el ser humano vivía en una constante búsqueda de la felicidad, sin aludir a algun tipo de contexto o proceso histórico de cómo entender fielmente este concepto construido de “felicidad”.
Algunos solo añoran sobrevivir de la manera más cercana a la sangre y la tierra, y con su persona como fuerza de trabajo traducido en dignidad, respeto y amor. Valores que me enorgullezco de nombrar de manera leal, pues ya casi se juega con estas palabras como meros conceptos de análisis de "situaciones" (o “fenómenos” como pensarían las ciencias sociales con ansias de un reconocimiento de su método científico), hechos o acciones a lo largo de esta existencia. Hasta suena un tanto inocente mencionar estas palabras, hasta se prejuzga de religioso, da para muchas subjetividades y relativismos culturales.

Creo que no se puede generalizar con una idea de felicidad, pues mientras para algunos es tema primordial de cómo construir sus vidas, para otros simplemente no es tema de análisis y cuestionamiento permanente.
No añoramos la felicidad, pues ya no hay tiempo para aquello, solo tratamos de mantenernos felices lo más seguido posible, con alguna que otra motivación. Creo también que debe ir siempre ligado a las pasiones y/o palpitaciones, pues lo que fielmente nos mueve a actuar es aquella palabra cursi llamada pasión, y la recompensa de un hecho de pasión es lograr sentir placer.

Si pudiera arriesgarme a explicar mi comportamiento quizás afirmaría que mi vida la he ido construyendo en función de sentir placer, por diversas formas, colores y relieves. Hasta me parece que suena bonito y candente.
La idealización de la palabra felicidad se traduce en la lucha incansable por “alcanzarla” (que se nos escapa), y se conjuga en placeres con pasiones y otros derivados, producto de una existencia relativamente armónica y cercana con tus pares, más el presente mismo nutrido del siempre importante y nostálgico (en mala y buena) pasado. Mientras que ir en búsqueda de lo denominado felicidad, resulta siempre visto desde un futuro ojala no muy lejano.

Ya pos modernistamente hablando, aquella palabra felicidad vuelve a mutar y se transforma en el poder de adquisición de diversos bienes materiales que cubren algunas necesidades, frivolidades y desequilibrio más desnaturalizado de la historia que conozco. Lograr tener aquellos preciados artefactos o cosas globalizadamente valoradas como “necesarias” aleja al ser humano de sus más arraigadas raíces como especie. Errado conceto de felicidad, se corrompe la idealización.


... Recuerdo un poco a los psicoanalistas... para desarrollar un análisis más auto convencedor de que finalmente mi existencia no es tan mala como suele parecer en estados de locura repetitiva.

La idea es manternos felices la mayor parte del tiempo que dure nuestra existencia...

¡Buena suerte en ese caótico camino!

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